Outdoor Bondage. Me gustaba este paisaje. Hay una amplia vista hacia el horizonte, donde se ven las montañas muy lejanas. Estos lugares de nuestro país no son como las inmundas ciudades, donde sólo se ve la fachada de enfrente o el típico bar lleno de borrachos que se creen sabios.

Tenemos millones de rincones en nuestro país donde puedes ver paisajes rurales que se extienden hacia el norte, el sur, el este y el oeste. Hay montañas de altura desde donde podemos divisar tierras muy lejanas, otras montañas, bosques, mares y la belleza de la naturaleza, y lo mejor de todo ello es que se puede encontrar esos espacios recónditos donde la gente no pasa porque no gira su coche, porque no anda, porque se pincha o se ensucia, y miles de otras vagas razones que no me interesan para nada. ¡Ni las excusas, ni la gente!

"Bondage estético con este enfoque pintoresco"

Es curioso ver que la gente hace centenares de kilómetros buscando estos rincones, y sin embargo no se dan cuenta de que la mayoría de veces tienen muchos lugares parecidos, idénticos o incluso mejores, al lado de su gente. Porque aquí, en apenas cinco minutos, hay una urbanización y allí vive gente, pero vi la gente paseando sus perros por las calles de la urbanización, pero no llegaban aquí. ¡Es increíble! Supongo que después se quejarán de no tener tranquilidad y de irse arriba de las montañas a buscar la calma. Tienen este rincón de descanso a cinco minutos de casa andando, y no vienen. ¡No saben buscar! ¡Esto es la gente!

Estos espacios están llenos de tranquilidad, silencio, calma, y te puedes sentar, descansar, mirar, relajar, pensar, e incluso nosotros aprovechamos en algunos de ellos a hacer sesiones bondage. Busqué un bondage estético, donde el arnés con cuerdas en el cuerpo se prolongara en su diseño hasta las piernas atadas juntas. Puse sus manos atadas a la espalda, amordazada con un ballgag negro, y enfoqué en dirección donde el paisaje se aleja más en el horizonte. La casa tiene su encanto. Me gustaba su tejado, casi de dibujos con esa chimenea tal como harían los pintores o los dibujantes, y en mi opinión estaba bien enfocar la casa. Acentuaba el paisaje.

Estuvimos haciendo unos diez minutos de fotos, relajados y con tranquilidad. Es bonito después quedarse en estos rincones, solos, sin nadie, comer, descansar y disfrutar de la naturaleza. Esto también forma parte de nuestra vida, de nuestra personalidad, y nuestra manera de ser.

 

 

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