WaterBondage. Bondage atada dentro del agua. Este fue un rincón de un torrente en montañas altas que me encantó por las entradas de luces a través de las espesas y grandes copas de los árboles. Entra muy poca luz, porque es muy frondoso, y quedaba todo oscuro salvo este pequeño salto, donde los rayos del sol entraban como si fuera un foco. Me encantaba, porque oscurecía los alrededores e iluminaba la vegetación al fondo, dando como un decorado muy bonito.

A nosotros nos encantó, y nos pusimos a hacer fotos. Es un lugar muy tranquilo y muy solitario, y además por aquí cerca hay osos. Es un depredador y hay que ir en cuidado, pero las montañas de nuestro país tienen un depredador mucho más peligroso, que es el ser humano y la gente. La especie humana es el mayor depredador del planeta, y por lo tanto hay que vigilar como siempre. De todos modos, los osos suelen irse si ven o escuchan gente. No suelen aproximarse a la gente, pero la gente sí viene si escucha gente. Como podéis ver, el mayor peligro es encontrarte con gente, pero nosotros siempre vigilamos porque no queremos encontrarnos ni una especie ni otra.

"Atada en un torrente de parajes cerca de osos"

Me encantaba esta rocas con el musgo verde, la caída del agua, la espuma porque el agua baja con fuerza por las pendientes desde las cumbres, y nos lo pasamos muy bien. Hicimos centenares de fotos, con un bondage fácil de manos atadas a la espalda, desnuda y amordazada, porque el agua está muy fría en esta época del año, y hay que ir rápidos, muy rápidos, porque se pierde temperatura corporal muy fácil. En esos casos, la persona que pierde temperatura corporal tiembla, pierde lucidez, se siente débil y deja de tener control sobre su musculatura, y no hay que llegar nunca a ese extremo, porque es peligroso y exige recuperar la temperatura del cuerpo rápido. También hay muchas rocas en el lecho del río, con lo que tenemos que vigilar de no tropezar, ya que hay un metro de profundidad y todo son rocas, y por eso las ataduras tienen que ser fáciles y sencillas de quitar.

Otra anécdota es que desde las primeras horas del mediodía en el cielo amenazaban nubes de tormenta. Había hecho un poco de truenos y una pequeña lluvia, pero la tormenta se había ido. De todos modos, esto son montañas en altitud, y aquí el tiempo cambia muy rápido, las tormentas crecen por todos sitios, y van a mucha velocidad.

Os lo cuento porque habíamos terminado la sesión de fotos, recogido ya todo el equipo, y al prepararnos para irnos se escuchó un trueno. Salimos del bosque, y el siguiente trueno ya fue mucho más fuerte. Salimos a toda prisa del torrente, subimos las pendientes, y al tener ya campo visual sobre el paisaje lejano había una tormenta inmensa muy cerca, con una cortina de agua que no dejaba ver las cimas del fondo. Se veían los relámpagos iluminando todo el negro de la tormenta, y venía directa a una velocidad de vértigo.

La tormenta nos cortaba el paso. Era imposible regresar a casa, porque era ir rectos a la tormenta, y nos escondimos en un cobertizo sólido y robusto, de paredes de piedra y gruesas, que ya conocíamos a pocos kilómetros. Tiene más de 200 años. ¡Eso aguanta sin problemas! Siempre tenemos previsto sitios de refugio. La tormenta llevaba un viento muy bestia delante, algo típico de estas tormentas descomunales, y se hacia imposible conducir. Ese viento tira bicicletas, motos y hace que los coches se muevan de un lado a otro. No se puede conducir en esas tormentas.

Nos arrinconamos dentro del cobertizo que estos cobertizos antiguos son grandes, fuera de corrientes de viento, y la tormenta fue de escándalo. Cuando aflojó y salimos de vuelta a casa, vimos un tramo de caminos de tierra con dos árboles partidos por la mitad, y todo encharcado o inundado. Ese agua es riqueza, vida y salud, y hay que respetarla. ¡A esconderse cuando eso ocurre! Es la naturaleza, y hay que tener máximo respeto siempre por la naturaleza.

 

 

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